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Elvis Costello irrumpió en los '80s de forma brutal, De hecho, no pudo esperar y lo hizo prematuramente en 1977. El londinense Declan Patrick MacManus se convirtió en el personaje Elvis Costello dando un vuelco a la música pop-rock de las postrimerías de los '70s. Su primer disco, My Aim Is True, se considera el inicio de la llamada New Wave, que no era otra cosa que la lógica explosión musical tras una década bastante aburrida. Volvían las canciones de tres minutos, directas, alegres y contundentes. Como la descomunal Pump It Up de su segundo disco, This Year's Model (1978) (el primero que tocaba con su conjunto The attractions) y tantas otras.
A finales de los '80s, Elvis Costello va reorientando su ímpetu inicial hacia otros estilos más sosegados. En 1989 colabora con Paul McCartney en "Spike", y más adelante hace incursiones en la música clásica con "The Juliet letters" y "The Brodsky Quartet" (1993). En North (2003) nos revela su amor por Diana Krall, con la que se casaría un par de meses después.
Secret, Profane & Sugarcane es su último disco, pero no es el único que Costello ha dedicado a la música country. Eso sí, es el primero para la cadena Starbucks. Está producido por T. Bone Burnett, que ya retocó King of America (1986), y grabado en la ciudad del country, Nashville.
Después de treinta y tantos discos, tocando muchos palillos musicales y haciéndolo con fuerza, elegancia, delicadeza y pureza, solo se puede hacer un disco como el que Elvis Costello nos ofrece ahora. Un disco acústico sin batería (excepto por la guitarra eléctrica del sr. Burnett), en el que brillan mandolinas, violines y banjos.
Si me lo permite el lector, pido disculpas por el atrevimiento, vamos a reordenar las canciones bajo un criterio que nos permitirá entender mejor la esencia de ‘Secret, profane & sugarcane‘.
Y sñilo en ese momento, ya contagiados por el espíritu country, podemos deleitarnos con la increíble ‘Down among the wines and spirits‘ y la apoteósica ‘My all time doll‘. ¡Y vuelta a empezar!.