Mucho ha tardado en editarse
Entra,
el nuevo trabajo de
El Tío Carlos.
Tres años de espera desde aquel primer disco que les valió para presentarse y sorprendernos a todos con canciones de lo más original,
a medio camino entre la rumba catalana, el mestizo made in barcelona y el flamenkito más transgresor.
El Tío Carlos
vuelve ahora con esta nueva entrega esperando volver a cautivar los oídos de aquellos que les gusta la música adúltera y poco sujeta a
estereotipos o purismos. No os perdais tampoco el impactante vídeo de su primer single,
Gósatelo.
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Si el primer disco de
El Tío Carlos
fue un disco hecho con el alma,
Entra,
su nuevo trabajo, es un disco para el corazón. Tres años han pasado: tres años desde que El Tío Carlos lanzara su
primer trabajo.
Tres años durante los cuales El Tío Carlos se ha paseado por el mundo, actuando en fiestas de pequeños pueblos e importantes
festivales internacionales.
Entra en el mundo de
El Tío Carlos.
Un mundo repleto de música y de imágenes. Alegre, profundo y emotivo, nos conduce por todo el imaginario mediterráneo, por la actitud
latina. Música para el corazón, imágenes para el subconsciente, alimento para el espíritu. El Tío Carlos ya posee un lenguaje propio,
corrosivo y luminoso.
Ya conocemos la inconfundible voz del
Payo,
las composiciones de
Charly,
su particular manera
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de abordar las músicas tradicionales, de electrificarlas, de sideralizarlas. Conocemos también los maravillosos
universos creados y proyectados en directo por
Laia Ribas.
Ahora nos presentan a los músicos que han sabido entender este particular lenguaje:
Franky da Silva
(08001, Color Humano, Poet in Process...), a la guitarra eléctrica,
Pito Rosas
(La Candombera, Nino Gallissa…), al bajo, y
Sebas Cabra
(La Sucursal, S.A.) a la batería y percusiones.
Entra
es un disco fácil de escuchar, aunque dfícil de catalogar. Abordan el reggae, la cumbia, la rumba, el raï y el tanguillo con
espíritu pop, con la fuerza del rock. Sus referencias musicales, sus melodías, están vivas, no se detienen. Desarman las músicas
de raíz para estudiar su corazón y ofrecer así su propia visión. Rezuman humor sin buscar el chiste fácil. Su personalidad es
única, clara, y su principal virtud nos transporta siempre a mundos en peligro de extinción. Nos descubren paraísos apenas
explorados y personajes imposible. Se mueven entre la tradición y la magia, destilan optimismo.
El Tío Carlos
reinventa y propone estilos musicales, con la inocencia de un marciano feliz que se emociona con una bulería y pretende darla a
conocer a sus congéneres en
Bulerías Desestructuradas.
Han contado con
Ramón Giménez
“El Metralleta”, de
Ojos de Brujo,
para remezclar
Benemérito,
una rumba cuya letra podría ser de Tarantino. El single,
Gósatelo,
abre el disco con el optimismo como bandera, en el que cuentan con sus amigos: podemos oir los coros de
Josele, del grupo Caníbala,
Ramonet (Ramón Gómez),
Dani Txarnego,
de
La Familia Rústika,
y
Ana Báez, del grupo Doggie Day.
Me Paro en Seco,
sin duda alguna, va a ser el himno del barrio del Poble Sec barcelonés. El reggae
San Pedro
nos dirige directamente al paraíso.
Ven Patrás
nos adentra a ritmo de cumbia en labereintos mentales.
Joer, qué Calor
mezcla el tanguillo con guitarras distor-
sionadas.
Badulake
nos ofrece la visión costumbrista de un inmigrante.
Gomero
reivindica una tierra indómita nunca antes reivindicada.
Sin Misterio,
que cierra el disco, es un sensual tema de club, en el que al protagonista le falta el valor para disfrutar de la aventura.
No lo dudes,
Entra
sin prejuicios en el maravilloso mundo de
El Tío Carlos.
Atrévete y Entra.
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